La silueta de las celebrities, influencers  que lucen cuerpo en Instagram ya no se esculpe a golpe de bisturí. Ni tan siquiera está en manos de la destreza de los artistas del Photoshop. La novedad es que se moldea con la tecnología médica más puntera. Ahora tener un cuerpo 10, literalmente, de la noche a la mañana, es posible. Y sin ingreso hospitalario, ni cicatrices, ni eternos y dolorosos postoperatorios. La cirugía estética ha dado un paso más y es la remodelación corporal de última generación.

Este procedimiento de remodelación corporal permite en una sola sesión moldear los glúteos, las piernas, la cintura y las caderas sin los problemas que implica la cirugía tradicional.

 

photo-1470267826516-96fa10965c57

 

 

 

 

 

 

¿Dónde está el secreto?

No hay secreto alguno. Se trata de una técnica quirúrgica de alta precisión que consigue esculpir el cuerpo evitando las incisiones traumáticas, los puntos de sutura y las consiguientes cicatrices. Esto va desde reducir considerablemente los michelines y reducir la antiestética piel de naranja hasta atenuar la flacidez de las zonas tratadas.

Esta técnica se practica habitualmente bajo anestesia local, no necesita hospitalización y cada tratamiento suele durar una hora. Además, por lo general, se puede hacer vida normal al día siguiente de la intervención.

Antes de someterse al tratamiento es necesario realizar una visita diagnóstica para descartar cualquier tipo de contraindicación, conocer los pormenores del método, sus alternativas, las posibles molestias y complicaciones y saber qué se puede conseguir y qué no.

¿Cómo funciona el tratamiento?

Este procedimiento de remodelación corporal consta de tres fases: localizar, modelar y tensar, y alisar. En primer lugar, se determina la cantidad de grasa que es preciso eliminar de cada zona para obtener un buen resultado mediante un escáner corporal de alta precisión que permite visualizar el interior de las zonas a tratar y conocer su estado. Una vez localizada la grasa, se aplica el microcañón láser. Este dispositivo emite un haz de energía que atraviesa la piel sin dañarla para alcanzar el tejido graso y desintegrar los excesos previamente detectados. A su vez, esta técnica indolora provoca una contracción de la piel que atenúa la flacidez. A continuación, se introduce en la zona tratada, mediante una incisión milimétrica que no requiere puntos, un aparato de última generación que extrae los depósitos de grasa disueltos por la acción de la energía. Y por último, llega el momento de alisar, que consiste en realizar un masaje sobre las zonas afectadas con un rodillo motorizado que alisa la piel.